¿Qué es un ataque de ansiedad?
Un ataque de ansiedad es un momento que suele durar entre 5 y 20 minutos (puede ser más o menos) en el que aparecen una serie de síntomas corporales y emocionales que resultan extremadamente angustiosos.
Suelen aparecer de manera súbita y es frecuente no encontrar ninguna causa que los origine, eso no significa que no la tengan.
La forma de vivir los ataques de ansiedad y de sentirlos serán diferentes para cada persona.
Síntomas de un ataque de ansiedad
Los ataques de ansiedad suelen aparecer a través de (dependiendo de la persona) alguno(s) de los siguientes síntomas:
- Sensación de peligro o fatalidad inminente.
- Tensión, agitación o nerviosismo.
- Miedo a perder el control o a la muerte.
- Taquicardia y palpitaciones, incremento del ritmo cardiaco.
- Sudoración corporal.
- Temblores.
- Sensación de ahogo, falta de aliento u opresión en la garganta.
- Náuseas o ganas de vomitar.
- Llanto incontrolable.
- Dolor en el pecho.
- Dolor de cabeza.
- Mareos, sensación de desvanecimiento o desmayos.
- Sensación de entumecimiento u hormigueo.
- Sentimientos de irrealidad o desconexión. Pueden ser en forma de despersonalización o desrealización.
Causas de un ataque de ansiedad
En muchas ocasiones, vivimos ataques de ansiedad y no podemos entender de dónde vienen o porqué se originan. Sin embargo, estate seguro/a de que tus ataques de ansiedad se originan por algo.
Algunas de las causas de los ataques de ansiedad son:
- Causas físicas. En algunas ocasiones los ataques de ansiedad pueden venir producidos por alguna condición médica, enfermedad o medicación.
- Abuso de sustancias. El efecto de drogas o alcohol puede llevar a que el cuerpo reaccione de esta manera.
- Exposición prolongada a estrés o ansiedad constantes.
- Problemas en tus relaciones personales o amorosas.
- Rupturas sentimentales.
- Duelos en proceso de ser pasados.
- Cambios abruptos en tu vida.
- Traumas a lo largo de tu vida que no están procesados.
- Conflictos internos sin resolver.
- Estilos de personalidad fóbicas (personas que tienen mucho miedo).
- Hiperexigencia.
- Etc.
¿Cómo controlar un ataque de ansiedad?
La pregunta del millón es, ¿qué puedo hacer cuando tengo un ataque de ansiedad?.
- Permanece en un lugar tranquilo.
- Normaliza lo que te está ocurriendo: ni te estás volviendo loco/a, ni te vas a morir. Será desagradable pero lo que te ocurre tiene un nombre y un porqué.
- Recuerda que el ataque de ansiedad, igual que viene, se va. De esta manera, estás seguro/a de que, dure lo que dure, pasará.
- Respira. Para ello es importante aprender ciertas técnicas de respiración que ayuden a calmar los síntomas fisiológicos.
- Visualiza un lugar tranquilo y seguro. También puedes visualizar a una persona en concreto que te de calma y serenidad.
- Pide ayuda. Los seres humanos nos regulamos de forma más rápida cuando estamos con otras personas. Estar acompañados hace que disminuya la sensación de peligro.
- Acude a un especialista. Si esto se repite en varias ocasiones, quizás es el momento de preguntar por tu problema a alguien que pueda ofrecerte una explicación y tratamiento personalizados.
Qué NO HACER cuando tengas un ataque de ansiedad
- Salir corriendo. No huyas de donde estás, eso aumentará las sensaciones corporales y apoyará tu creencia irracional de que algo terrible va a pasar. Además, no te da la oportunidad de practicar las estrategias recomendadas.
- Focalizarte en las sensaciones corporales: esto solo hará que aumenten y se sientan cada vez más fuertes.
- Dejar correr tus pensamientos catastrofistas.
¿Los ataques de ansiedad se curan para siempre?
Sí, se pueden eliminar para siempre.
La mala noticia es que no se consiguen eliminar con los recursos que has leído más arriba. En algunas ocasiones, estos recursos son solo un parche que te hace pasar estos ataques «menos mal». Sin embargo, si quieres acabar con los ataques de ansiedad:
- Tienes que entender qué los está causando.
- Tienes que trabajar en la integración cognitiva, emocional, corporal y conductual de aquello que te ocurre.
En ocasiones, estos dos requisitos son realmente complicados de conseguir por uno mismo. Los puntos ciegos que tenemos sobre nosotros mismos nos limitan en ello. Además de que no tenemos los conocimientos de cómo hacerlo.
En esos casos es cuando es recomendable consultarle a un profesional.